Damas y caballeros, y demás sufridores del carrusel financiero global, preparen sus antifaces y su mejor sonrisa cínica, porque el Banco Mundial acaba de lanzar su más reciente profecía, perdón, informe de Perspectivas Económicas Mundiales. Y como era de esperar, es un cóctel de alivio medido con una pizca de ‘ya veremos’ y una generosa dosis de ‘cuidado, que vienen curvas’. Al parecer, la economía mundial ha decidido no despeñarse por el abismo con la alegría que algunos preveían, optando por una táctica más sutil: la de mantenerse al borde del precipicio, mirando hacia abajo con una mezcla de vértigo y esperanza de que alguien tire una cuerda… o al menos unas migajas.
Vamos a desgranar este manjar informativo. Resulta que nuestros queridos augures del Banco Mundial, tras consultar sus bolas de cristal (convenientemente calibradas con algoritmos y datos macroeconómicos, claro está), nos comunican que la economía global está mostrando una resistencia sorprendente. ¡Albricias! Traducido del lenguaje oracular al cristiano: el paciente no se ha muerto en la mesa de operaciones, lo cual, dadas las circunstancias, ya es motivo para un discreto aplauso en la sala de juntas. El crecimiento global, nos dicen, se estabilizará en un 2,6% este año, para luego, atención, ¡acelerar vertiginosamente hasta un 2,7% en 2025 y 2026! Una aceleración tan brutal que casi necesitamos cinturón de seguridad. Es como pasar de ir en un triciclo con una rueda pinchada a ir en el mismo triciclo, pero con la rueda recién inflada. Un cambio, sí, pero no precisamente para tirar cohetes.
El informe, con esa prosa que destila optimismo cauteloso (o pesimismo edulcorado, según se mire), señala que la inflación global está moderándose, aunque más lentamente de lo que se había anticipado. Esto es como decir que el incendio en la cocina se está apagando, pero todavía hay brasas suficientes como para que no puedas acercarte a por una cerveza a la nevera sin chamuscarte las cejas. Y, por supuesto, no faltan los clásicos ‘peros’: las tensiones geopolíticas (un eufemismo encantador para referirse a que medio mundo está a la greña), la fragmentación comercial (otro modo fino de decir que cada uno va a lo suyo y que el ‘libre mercado’ es más un mito fundacional que una realidad palpable), y los efectos persistentes de las políticas monetarias restrictivas (léase: el dinero sigue siendo caro y difícil de conseguir para el común de los mortales). Para más detalles sobre cómo estas dinámicas afectan el panorama general, pueden echar un vistazo a nuestra sección de Noticias.
Pero, ¿qué significa realmente esta ‘estabilización’ para los ciudadanos de a pie, esos seres mitológicos que pagan impuestos y tratan de llegar a fin de mes? Pues que, si bien el apocalipsis económico total se pospone (de momento), la fiesta tampoco está para empezar. El Banco Mundial advierte, con la solemnidad de quien anuncia una subida de impuestos, que los países en desarrollo, especialmente los más pobres, seguirán enfrentando serios desafíos. Vamos, que la brecha entre los que tienen y los que no tienen, lejos de cerrarse, parece que va a necesitar un gran angular para poder fotografiarla entera. La deuda sigue siendo una losa pesada, y el acceso a la financiación para estos países es como intentar entrar en una discoteca de moda con zapatillas de andar por casa: misión casi imposible.
Para el ciudadano medio del primer mundo, esto se traduce en que la alegría por la ‘no recesión’ viene con letra pequeña. ¿Su hipoteca? Seguirá siendo esa entrañable compañera de viaje que se come una porción considerable de su sueldo, porque los tipos de interés, aunque algunos bancos centrales insinúan bajadas homeopáticas, no van a volver a los niveles de Jauja de la noche a la mañana. ¿El empleo? Bueno, digamos que si tiene uno, cuídelo como oro en paño, porque la creación de empleo de calidad sigue siendo una asignatura pendiente en muchos lugares. Y si es usted un pequeño o mediano empresario, esa heroica figura que lucha contra gigantes con una honda y mucha ilusión, prepárese para seguir haciendo malabares con los costes, la financiación y una demanda que, aunque no se desploma, tampoco tira cohetes. La gestión de sus Finanzas personales y empresariales seguirá siendo crucial.
Lo más irónico de todo es cómo estos informes, con su lenguaje técnico y sus proyecciones milimétricas, intentan poner orden en un caos que a menudo ellos mismos contribuyen a generar o, al menos, a perpetuar con sus recomendaciones. Es como si el capitán del barco, después de haberlo dirigido hacia una tormenta, saliera a cubierta a anunciar con orgullo que, gracias a su pericia, el barco ‘solo’ está haciendo agua por tres agujeros en lugar de los cinco previstos. Y todos debemos aplaudir, claro, no vaya a ser que se ofenda y nos deje a la deriva.
La ‘verdad’ subyacente, despojada de eufemismos, es que la economía global sigue siendo un casino donde unos pocos ganan mucho y la mayoría se conforma con no perder la camisa. Esta ‘estabilización’ es, en muchos sentidos, la confirmación de que hemos normalizado la precariedad y la incertidumbre. Ya no aspiramos a grandes avances, sino a no retroceder demasiado. Un panorama desolador que, sin embargo, se nos vende como una victoria pírrica.
Así que, mientras los economistas del Banco Mundial se dan palmaditas en la espalda por haber acertado en sus predicciones de que no íbamos a morir todos ahogados (solo algunos, y principalmente los de siempre), el resto de nosotros podemos seguir remando en nuestras pequeñas barcas, esperando que la próxima ola no sea la que nos hunda definitivamente. O, quién sabe, quizás esta ‘estabilización’ sea el preludio de una nueva era de crecimiento sostenible e inclusivo. Aunque, si me preguntan, apostaría más bien a que es la calma chicha antes de la próxima tormenta perfecta. Pero no se preocupen, seguro que para entonces ya tendrán listo otro informe para explicárnoslo.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
Pregunta 1: Entonces, ¿el informe del Banco Mundial significa que puedo relajarme y dejar de preocuparme por mi economía personal?
Respuesta: ¡Claro que sí! Relájese todo lo que quiera… si vive en una burbuja de champán y caviar. Para el resto de los mortales, este informe es como cuando el dentista le dice que la caries ‘no es tan grande como parecía’, pero igual le va a taladrar. La ‘estabilización’ es a nivel macro; a nivel micro, siga usted apretándose el cinturón y revisando las ofertas del supermercado, que la cosa no está para tirar cohetes ni para dejar de visitar nuestra sección de Ahorro.
Pregunta 2: ¿Estas ‘perspectivas económicas globales’ realmente predicen el futuro o son más bien un ejercicio de buenos deseos con gráficos bonitos?
Respuesta: Digamos que tienen la misma fiabilidad que el horóscopo, pero con un lenguaje mucho más complicado para que parezca más científico. Son una mezcla de análisis de datos pasados, extrapolaciones con modelos que a veces aciertan y a veces no, y una buena dosis de esperanza envuelta en jerga técnica. Útiles para marcar una tendencia general, pero no apueste los ahorros de su vida basándose únicamente en ellas. Es mejor diversificar, como siempre recomendamos en nuestra página principal de Mentes Financieras.