ECONOMÍA
Esta semana, el foco ha estado puesto en las decisiones de los bancos centrales y los datos de inflación, que dibujan caminos diferentes a ambos lados del Atlántico.
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La inflación da un respiro en EE.UU., pero la Reserva Federal (Fed) pide calma.
A mediados de semana conocimos el dato de inflación de Estados Unidos, conocido como IPC (Índice de Precios al Consumidor). Para sorpresa de muchos, los precios en mayo no subieron respecto a abril, y la tasa anual se moderó ligeramente. Esta fue una noticia muy positiva que los mercados celebraron. Sin embargo, horas después, la Reserva Federal, que es el banco central de EE.UU., echó un jarro de agua fría sobre el optimismo. Decidieron mantener los tipos de interés sin cambios, como se esperaba. Lo más importante fue su mensaje: ahora prevén realizar solo un recorte de tipos de interés en 2024, en lugar de los tres que estimaban en marzo. ¿Qué significa esto? Que aunque la inflación mejora, la Fed quiere estar completamente segura antes de bajar el coste del dinero, lo que sugiere que los tipos de interés altos podrían quedarse con nosotros más tiempo del esperado. -
El Banco Central Europeo (BCE) se adelanta y recorta los tipos de interés.
Mientras EE.UU. mantiene la cautela, en Europa se ha movido ficha. La semana pasada, el BCE recortó sus tipos de interés de referencia en 0,25 puntos, siendo la primera bajada desde 2019. Es una decisión relevante porque marca una divergencia de políticas con la Reserva Federal. El BCE considera que la inflación en la Eurozona ya está lo suficientemente controlada como para empezar a relajar la presión sobre la economía. Sin embargo, este movimiento viene acompañado de incertidumbre, especialmente tras la agitación política en Francia, que ha generado nerviosismo en los mercados y podría complicar el panorama económico europeo y las futuras decisiones del banco.
FINANZAS
El mundo corporativo ha estado dominado por la tecnología y la inteligencia artificial, mientras que la política europea ha puesto en jaque a uno de sus principales mercados.
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Apple presenta su IA y recupera el trono de la empresa más valiosa.
El gigante tecnológico Apple celebró su conferencia anual para desarrolladores y, como se esperaba, el protagonista fue la Inteligencia Artificial. La compañía presentó Apple Intelligence, su propia versión de IA que se integrará en iPhones, iPads y Macs. Aunque la reacción inicial fue tibia, los inversores no tardaron en ver el potencial: esta nueva tecnología podría obligar a millones de usuarios a actualizar sus dispositivos para poder usarla, provocando lo que en el argot se conoce como un superciclo de ventas. La consecuencia fue una espectacular subida de sus acciones, que llevaron a Apple a superar, aunque fuera brevemente, a Microsoft como la empresa más valiosa del mundo por capitalización bursátil. -
La incertidumbre política en Francia golpea a sus bancos y mercados.
La decisión del presidente francés de convocar elecciones legislativas anticipadas ha provocado un auténtico terremoto en los mercados financieros del país. Los inversores temen que un nuevo gobierno pueda traer inestabilidad y políticas de mayor gasto público, lo que aumentaría la deuda del país. Esta desconfianza ha provocado una fuerte caída en la bolsa de París, afectando especialmente a los grandes bancos como BNP Paribas y Société Générale, cuyas acciones se han desplomado. Además, el coste de financiación para el Estado francés ha subido, lo que demuestra, una vez más, la estrecha y delicada relación que existe entre la política y la salud financiera de un país.
INVERSIONES
En el mundo de la inversión, la Inteligencia Artificial sigue siendo la reina indiscutible, mientras los inversores intentan descifrar las señales de los bancos centrales para posicionar sus carteras.
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La fiebre por la IA no se detiene y concentra el mercado.
El entusiasmo inversor por la Inteligencia Artificial sigue siendo el principal motor de los mercados de acciones. Si hasta ahora la gran protagonista era Nvidia (el fabricante de los chips que hacen posible la IA), el reciente anuncio de Apple ha expandido la euforia. Los inversores ven ahora un nuevo gigante entrando de lleno en la carrera, lo que ha impulsado aún más al sector tecnológico. Esta tendencia tiene una doble cara: está llevando a los principales índices, como el S&P 500, a nuevos máximos históricos, pero también está creando un mercado muy concentrado. Esto significa que las ganancias dependen cada vez más de un pequeño grupo de empresas tecnológicas de gran tamaño, lo que aumenta el riesgo si alguna de ellas falla. -
Los inversores se adaptan a un escenario de tipos de interés altos por más tiempo.
El mensaje de la Reserva Federal de que habrá menos recortes de tipos este año ha obligado a los inversores a reajustar sus estrategias. Un entorno de tipos de interés elevados no es igual para todos los activos:- Perjudica a las acciones de crecimiento (sobre todo tecnológicas), que dependen de financiación barata para expandirse.
- Beneficia a instrumentos más conservadores como los bonos o las cuentas de ahorro remuneradas, que ofrecen rentabilidades más atractivas.
Por tanto, estamos viendo un posible giro en las carteras. Los inversores podrían empezar a buscar refugio en empresas de calidad y valor, es decir, compañías sólidas, con beneficios estables y menos dependientes de la deuda, que puedan prosperar incluso en este entorno económico más exigente. La clave ahora es la selectividad.