¡Hola y bienvenidos a nuestro resumen semanal! Esta semana, los mercados han vivido una auténtica montaña rusa de emociones. Entre datos de inflación que dan un respiro, decisiones de bancos centrales que nos mantienen en vilo y terremotos políticos en Europa, hay mucho que desgranar. Vamos a analizarlo todo de forma clara y sencilla.
ECONOMÍA
En el frente económico, toda la atención se ha centrado en Estados Unidos, cuyas noticias tienen un eco global. Esta semana hemos tenido dos protagonistas claros: la inflación y la Reserva Federal.
- Una buena noticia para tu bolsillo: la inflación se modera. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Estados Unidos, que es básicamente el termómetro oficial de la inflación, mostró una subida menor de la esperada en mayo. En pocas palabras, el ritmo al que suben los precios se ha ralentizado. Esto es una señal positiva porque significa que nuestro poder adquisitivo se erosiona un poco menos. Para los mercados, fue una bocanada de aire fresco, ya que una inflación controlada es el primer paso para que los bancos centrales se planteen bajar los tipos de interés.
- La Reserva Federal pisa el freno: sin prisa por bajar los tipos. Justo un día después del dato de inflación, la Reserva Federal (la Fed), que es el banco central de EE. UU., tuvo su reunión. ¿La decisión? Mantener los tipos de interés sin cambios, como se esperaba. Lo interesante fue el mensaje: aunque la inflación mejora, no es suficiente. Sus nuevas proyecciones ahora apuntan a una sola bajada de tipos para lo que queda de 2024, en lugar de las tres que preveían antes. Esto significa que el crédito, como las hipotecas o los préstamos, seguirá siendo caro durante más tiempo.
FINANZAS
El mundo de las finanzas ha estado marcado por dos gigantes: la política europea y la tecnología de Apple. Dos fuerzas que, a primera vista, no tienen relación, pero que han agitado los mercados por igual.
- Terremoto político en Europa: Francia en el punto de mira. Las elecciones al Parlamento Europeo han dejado un panorama de incertidumbre. El avance de partidos de ultraderecha, especialmente en Francia, llevó al presidente Emmanuel Macron a tomar una decisión drástica: convocar elecciones legislativas anticipadas. Esta apuesta ha generado un enorme nerviosismo en los mercados financieros. La bolsa francesa ha sufrido fuertes caídas y la prima de riesgo del país (una medida de la confianza de los inversores) ha aumentado. ¿El motivo? El temor a la inestabilidad política y a un gobierno con políticas económicas que puedan disparar la deuda.
- Apple se sube al tren de la IA y sus acciones se disparan. Tras meses de expectación, Apple finalmente presentó su estrategia de Inteligencia Artificial, bautizada como Apple Intelligence. Aunque la reacción inicial fue algo tibia, los inversores no tardaron en ver el potencial. La idea de integrar la IA de forma nativa en los más de mil millones de iPhones activos en el mundo es un cambio de juego. El resultado: las acciones de Apple se dispararon hasta alcanzar máximos históricos, convirtiéndose de nuevo en la empresa más valiosa del mundo por un tiempo. Un claro recordatorio del poder de la IA para mover el dinero.
INVERSIONES
Para los inversores, esta semana ha sido un claro ejemplo de divergencia. Mientras Wall Street celebraba nuevos récords, en Europa reinaba la cautela.
- Wall Street sigue de fiesta: récords en el S&P 500 y el Nasdaq. Impulsados por la moderación de la inflación y el optimismo en el sector tecnológico, los principales índices de Estados Unidos han conquistado nuevas cimas. Tanto el S&P 500 (que agrupa a las 500 mayores empresas) como el Nasdaq (centrado en las tecnológicas) marcaron récords históricos. La narrativa de la Inteligencia Artificial sigue siendo el motor principal, con gigantes como Apple, Microsoft y Nvidia liderando las subidas. Los inversores en el mercado estadounidense continúan recogiendo los frutos de esta tendencia.
- Prudencia y caídas en las bolsas europeas. En contraste con el optimismo americano, las bolsas del viejo continente han sufrido. La incertidumbre política en Francia ha actuado como un lastre, provocando una oleada de aversión al riesgo. Los inversores han vendido acciones europeas, especialmente del sector bancario francés, y han buscado refugio en activos más seguros como los bonos alemanes. Esta situación pone de relieve cómo los riesgos geopolíticos locales pueden tener un impacto directo y negativo en las carteras de inversión expuestas a una región concreta.